BÚSQUEDA LABORAL: Coordinación de iniciativa de inclusión digital rural

Acción Climática Participativa en Argentina, está buscando una persona para la coordinación de una iniciativa de alfabetización digital rural.

La coordinación de la iniciativa (CI) es un puesto part-time y de gestión virtual destinada a la realización de una iniciativa de inclusión digital rural «INDICHACO. Inclusión Digital en Gran Chaco», integrada a los objetivos y actividades propuestas en el proyecto “Acción climática participativa: integrando los retos del cambio climático en el gran chaco americano” (ACP). El CI tendrá a cargo un equipo técnico en territorio para trabajar en alfabetización digital.

CIERRE DE LA CONVOCATORIA: 1 de Agosto de 2021.

DESCRIPCIÓN DEL PUESTO

El CI estará radicado en Fundación Plurales y deberá participar activamente del diseño y ejecución de la propuesta en articulación con la coordinación general de ACP.

El objetivo de este puesto es:

  • Diseño y planificación integral de la iniciativa con visión regional
  • Diseño de materiales didácticos para capacitación
  • Contratación y capacitación de los equipos técnicos para cada localización
  • Seguimiento y evaluación del proceso de capacitación de la iniciativa en las 8 locaciones
  • Convenio con organismos nacionales y provinciales para continuidad de la acción
  • Organización de evento virtual de la iniciativa con participantes y otras organizaciones interesadas
  • Redacción de informes y de fichas de seguimiento
  • Colaboración en la redacción y divulgación de los resultados de la iniciativa

PERFIL PROFESIONAL

A estos fines, se convoca a presentarse a personas cuyo perfil cumpla con las siguientes consideraciones generales:

1) Contar con gran capacidad creativa y visión orientada a la Justicia Social y Ambiental
2) Poseer título universitario preferentemente en ciencias de la educación, en ciencias informáticas, antropologx o cientista social a fin a la temática de la convocatoria. Se pondera positivamente contar con título de maestría en educación, TICs o temáticas afines al proyecto
3) Poseer conocimientos y/o experiencia profesional en educación digital, preferentemente rural
4) Poseer experiencia en coordinación de equipos
5) Estar radicadx en Argentina, preferentemente Capital Federal o en localización del Gran Chaco Argentino, preferentemente Córdoba, La Rioja, Chaco, Santiago del Estero

TIEMPO DE LA ACTIVIDAD

Es una actividad part time y virtual.

El contrato tendrá una duración de 4 meses.

Por mayor información del puesto o para enviar CV, comunicarse a: fplurales@gmail.com

El proyecto “Acción climática participativa: integrando los retos del cambio climático en el gran chaco americano” (ACP) es una iniciativa del Componente Bosques del Programa EUROCLIMA Plus. Es desarrollado en Argentina por la Fundación Plurales, en Paraguay por la organización Mingara, Gestión Ambiental y el Municipio de Filadelfia, y participa la Unión Iberoamericana Municipalista.

El proyecto tiene por objetivo contribuir al desarrollo ambientalmente sostenible y resiliente ante los eventos climáticos adversos del Gran Chaco Americano, que permitan mejorar las condiciones de vida de las poblaciones indígenas y campesinas.

En el marco de las acciones previstas por ACP en Argentina, ya se han constituido Mesas y Planes Locales de Acción Climática, generado diversos espacios de formación y debate con expertos y comunidades de la región del Gran Chaco Americano. Entre las acciones previstas para el segundo semestre del año 2021, se encuentra el diseño y la ejecución de iniciativas parte de los planes locales de acción climática.

Pueden conocer más sobre Acción Climática Participativa en su web www.accionclimaticaparticipativa.org o en Facebook https://www.facebook.com/AccionClimaticaParticipativa

Fundación Plurales elaboró un Protocolo contra la violencia de género

Durante 2020, Fundación Plurales estuvo diseñando un Protocolo contra la violencia de género. Este documento genera un marco reglamentario y procedimental ante situaciones de violencias que tengan lugar al interior o exterior de cada organización.

Históricamente trabajamos con mujeres y fuimos incorporando la perspectiva de género a nuestras prácticas y acciones. Trabajamos desde la prevención y sensibilización sobre violencia de género. Pero cuando ocurrió una situación de abuso en la que está involucrada una persona que forma parte de las organizaciones con las que trabajamos, nos vimos en la necesidad urgente de plasmar en un documento normativo esas situaciones conceptualizadas como violencia de género. Entonces, acompañamos técnicamente y judicialmente a la persona que realizó la denuncia de abuso y definimos generar una herramienta que deje en claro qué situaciones no se tolerarán, tanto en el trabajo interno como en el que realizamos con las organizaciones en los territorios.

Verónica Luna, presidenta de Fundación Plurales y una de las que participó del proceso, cuenta que “es un documento vivo que vamos a ir revisando y modificando a medida que lo requiera. Lo importante es que lo vamos incorporando a la vida de las organizaciones como un marco, un encuadre más, para el trabajo colectivo que hacemos”.

En el mes de abril de este año, cuando finalmente pudimos volver al territorio, presentamos el documento de manera personal, explicarles, contarles de qué se trata. Con la intención de que lo puedan revisar de manera colectiva, realicen todas las consultas que tengan y lo firmen como un acuerdo.

“Tuvo una muy buena recepción por parte de las organizaciones, sobre todo por parte de las mujeres. Fueron las que manifestaron abiertamente lo útil del documento como un instrumento, como una posibilidad de revisión de las prácticas de la vida cotidiana dentro de las organizaciones”, cuenta Verónica.

El protocolo no se refiere a casos concretos, sino que resume el marco normativo nacional e internacional en relación a géneros; tiene consideraciones generales sobre los objetivos; el ámbito de alcance y un pequeño mapa de procedimiento ante situaciones de violencia. Este documento se orienta a construir espacios seguros y libres de violencia contra la mujer; evitar la revictimización una vez que se tiene conocimiento de una situación de violencia; asegurar personal especializado encargado de la implementación y seguimiento del protocolo; consentimiento informado en los procesos de atención a las personas en situación de vulneración de derechos humanos; asegurando confidencialidad.

Decidimos encarar este proyecto de manera conjunta con otro espacio, porque creemos que más miradas enriquecen el trabajo. “E género y diversidad” nos acompañó y guio en la construcción del protocolo. Conversamos con la Licenciada Ana Paula Ortiz Sosa, una de sus integrantes, para saber cómo vivieron ellas el proceso.

“Se realizó un proceso de co-construcción, junto al equipo, utilizando metodologías ágiles dónde nos enfocamos en las necesidades de la institución, generando un instrumento que aborde tanto situaciones intra institucionales como extra. Dando herramientas claves para abordarlas”, explica la Licenciada en Trabajo Social que forma parte de la Comisión de Género del Colegio Profesional, el Observatorio de Salud Mental y Mujeres en Tecnología Córdoba.

Según Ana, las ventajas de que organizaciones cuenten con este tipo de protocolos tiene que ver con tener un camino claro para abordar situaciones evitando la re victimización de las personas y generando acciones de protección y prevención. “Sumado a esto, se genera una cultura organizacional clara respecto a espacios libres de violencia”, agrega.

La actuación del protocolo tendrá lugar en los ámbitos en donde todos los integrantes de cualquier organización se desempeñen, así como también en los territorios y comunidades con las cual se trabaja. Oficina, lugar de trabajo, viajes, campo, territorio, reuniones de trabajo, internas y con otras organizaciones, en las comunidades territoriales, en encuentros y en la vinculación y articulación con otras organizaciones. En el caso del mapa de procedimiento, se refiere a la búsqueda óptima, estructural y enfocada en acciones propositivas: Prevención, para evitar que algo ocurra, y reparación, en caso de que suceda.

Las expectativas son muchas, en primer lugar que sea más explícito cuáles son las situaciones de violencia de género y que se desnaturalicen y cuestionen las prácticas en la vida cotidiana de las personas y de las organizaciones en los territorios. “Esperamos que el protocolo sea un instrumento de consulta, de debate, un disparador que tome vida. Que sea parte de la cotidianidad de las organizaciones, que se pueda revisar constantemente, que nos ponga en tensión para adaptarlo a cada situación y en cada contexto”, concluye Verónica.

AQUÍ PODÉS VER EL PROTOCOLO COMPLETO

¡Es hora de actuar!: nace la Escuela Feminista

Fundación Plurales lanza la «Escuela Feminista para la acción Climática» (EFAC). Una Plataforma Virtual para la formación e intercambio entre grupos de defensoras de derechos humanos y ambientales (GDDHA), que amplifique el poder de las voces de las mujeres en los territorios.

Actualmente, el modelo de desarrollo aplicado en el Sur Global es extractivista y son alarmantes los efectos del cambio climático sobre los bienes naturales y los territorios donde se asientan comunidades campesinas, indígenas afrodescendientes y urbano marginales. Frente a eso, grupos de Defensores Ambientales que trabajan y luchan por la defensa del ambiente se organizan, se capacitan y generan diferentes estrategias para defender sus territorios y a sus propias comunidades ante la crisis humanitaria actual. Las más vulnerables frente a estas problemáticas siempre se encuentran en la primera línea de defensa, aún enfrentando amenazas, violencias e intimidación.

En este contexto, creamos la EFAC, donde se tendrá acceso a un banco de información disponible en relación al impacto del cambio climático en los GDDHA y soluciones climáticas justas en términos de género. Si bien privilegiamos las acciones de formación de carácter presencial, la plataforma virtual nos permitirá trabajar durante la pandemia y amplificar la llegada a los territorios.

La EFAC es impulsada por Fundación Plurales, como parte de su política de apoyo a las Defensoras, en el marco de la Alianza Global por el Género y Clima (GAGGA), y en conjunto con otras organizaciones socias.

La creación de esta Escuela se basa en la visible necesidad de contar con un espacio permanente de formación, información e intercambio entre defensoras y activistes climáticas que tienen en sus objetivos y agendas la defensa de la tierra, el territorio, bienes naturales y ecosistemas, contribuyendo con sus aportes a la justicia climática.

Los módulos temáticos serán «Cambio Climático»; «Análisis socio-político del contexto en América Latina en clave climática»; «Feminismos comunitarios Cuerpos/territorios»; «Agroecología y estrategias de adaptación al cambio climático»; «Seguridad y protección de defensoras ambientales y Comunicación e Incidencia para la acción climática».

Para la formación, se priorizará a Mujeres Defensoras Ambientales que integran los Biomas Chaco – Pantanal – Amazonía, específicamente de los países Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Perú. Esto porque se caracteriza por desigualdades estructurales que sufren las mujeres campesinas, indígenas, afrodescendientes y de sectores urbano marginales. Sin embargo, se aceptarán integrantes de otras regiones de América Latina y Caribe.

Apuntamos a disminuir la situación de desventaja y vulnerabilidad de los grupos de defensoras de derechos humanos y ambientales, que se han profundizado como producto de la crisis económica global, la crisis sanitaria y las medidas de ajuste tomadas por los Estados. Para enfrentar esta situación, buscamos aumentar sus capacidades y herramientas de incidencia y participación. Estamos felices y entusiasmades.

Tejiendo redes: Fundapaz

En contexto de pandemia y aislamiento social, las redes de trabajo se fortalecen. Transitando la segunda ola y en medio de la incertidumbre y el desconcierto social, renovamos la apuesta al trabajo en equipo, a construir con otres. Así, decidimos realizar una serie de entrevistas para que puedan conocer los espacios con los que a diario realizamos nuestro labor, sin los cuales todo esto no sería posible.

En este caso, hablamos con el ingeniero agrónomo y apicultor Gabriel Seghezzo, que integra hace 25 años Fundapaz (Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz), que trabaja en programas de desarrollo rural en el norte argentino.

Gabriel, director ejecutivo, aclara que Fundapaz nació con una misión, trabajar con población rural, “esa era nuestra misión institucional original”. La organización tiene 48 años, nació en 1973, las Hermanas del Sagrado Corazón de Buenos Aires, donaron un colegio “en plena Capital Federal de un valor incalculable”. Relata que “en ese momento el NEA (nordeste argentino) era como la zona más pobre, una zona muy marginada, también había, para que te ubiques en el 73’, mucha cooptación, había como foco de guerrilla, era una zona súper conflictiva. Y en Reconquista, el Monseñor Iriarte, que dicho sea de paso está en un proceso de canonización actualmente, junto con otros obispos, fomentaron que se creara una organización laica. Si bien nacimos de esa donación de las Monjas del Sagrado Corazón, Fundapaz es laica, no tiene, no predica el credo, sí tenemos una relación con las Iglesias Católicas y Protestantes, pero somos laicos, no dependemos de ninguna Iglesia”.

En un comienzo, apoyaba a otras organizaciones, como por ejemplo INCUPO (Instituto de Cultura Popular). “Eso fue hasta que esa donación original se fue terminando, duró unos 7 u 8 años, en ese momento Fundapaz decide instalarse con equipos propios y empezar a generar proyectos. Se crean los equipos territoriales, empezamos en Vera, Santa Fe y Santiago del Estero. En el 82’, las Hermanas del Sagrado Corazón tenían una casita en Los Blancos, y nos pidieron si podíamos ir a trabajar con los wichis, en esa zona de Salta, totalmente aislada”.

Actualmente, trabaja en la región chaqueña argentina en las provincias de Salta, Santiago del Estero y norte de la Provincia de Santa Fe. La zona de trabajo en Salta se ubica al noreste de la provincia y abarca cuatro regiones: Bermejo-Ruta 81, Morillo – Los Blancos, Pilcomayo y Rivadavia Banda Sur. La zona de Santiago del Estero se ubica en el centro de esta provincia y abarca dos grandes áreas: Robles y Garza. En Santa Fe se desarrolló en el norte de la provincia, en dos áreas: la Cuña Boscosa y los Bajos Submeridionales.

Gabriel explica que desde el nacimiento, Fundapaz tuvo tres características que la diferencian de otras organizaciones pares o hermanas. Primero, que trabaja con población indígena y campesina, con ambos grupos; segundo, que tiene un proceso de reivindicación de derechos, pero también de uso de los recursos y por último, una fuerte intención de incidencia política y de relacionarse con los gobiernos.

Vincularse con dos grupos, indígenas y campesinos, “fue producto del trabajo, porque nosotros nos encontramos con que vivían en las mismas zonas, con los mismos problemas. Entonces, eso hizo que desarrolláramos metodologías de consenso y de acuerdos, sobre todo por los procesos de tierras. A veces nos critican en todos lados, porque dicen ‘ustedes no están con los indígenas, porque también trabajan con los criollos’. Bueno, nosotros aceptamos ese desafío de trabajar con los dos grupos”.

Fundapaz nació como una organización para fomentar los derechos de acceso a tierra y agua, pero también con sesgo productivo técnico de manejo de los recursos. “Reclamamos, junto con las organizaciones, el derecho de la tierra, pero al mismo tiempo generamos propuestas productivas para mejorar la vida de las familias. No nos consideramos una organización totalmente reivindicativa de derechos”.

Y sobre la tercera característica a la que se refiere Gabriel, dice que “parece bastante normal, pero no lo era al principio. La relación con los gobiernos no fue tan fácil, hacíamos intentos y muchas veces éramos criticados. Nosotros no tenemos esa posición, si sirve para el trabajo que hacemos nos sentamos con quien haya que sentarse, y consideramos que eso no vulnera nuestros principios. Trabajar con universidades al principio, incorporar la academia al trabajo de la ONG, también era un sacrilegio hace 20 o 30 años. Nosotros estamos convencidos de la potencia que tiene juntar la investigación académica con el trabajo de campo”.

“Como te puedes imaginar en 48 años hay mucha historia, muchas cosas que nos salieron bien, muchas que nos salieron mal y mucha agua bajo el puente. Pero somos una organización que se ha consolidado. Esto creo que no fue planificado, pero básicamente nuestro financiamiento siempre fue internacional, producto de esa donaciones de las Iglesias, entonces eso quieras o no, ha sido una gran libertad para sentarse a negociar. Nosotros nunca dependíamos de los fondos del Estado, y nos dimos cuenta con el tiempo que eso daba poder de decir ‘nosotros queremos hacer algo con ustedes, pero si no lo quieren hacer lo hago solo, no me interesa, ustedes hagan lo que quieran'», cuenta Gabriel. Actualmente, son 22 personas en planta en cuatro provincias y tienen una oficina central en Buenos Aires.

Gabriel detalla las líneas estratégicas de Fundapaz. El acceso a la tierra y el agua, al bosque y a los recursos naturales; un abordaje sobre el manejo de los recursos, todo lo técnico productivo; una tercer línea fuerte, son los procesos organizativos. “El corazón es que no trabaja con familiares individuales sino con grupos organizados, considera que la organización social es la base del desarrollo local, entonces trabaja fomentado, apoyando, fortaleciendo y creando organizaciones sociales, indígenas y campesinas”. Finalmente, el último eje es el de incidencia política, de trabajo político, “que nosotros la dividimos en dos niveles, el primero es el que hacemos con las organizaciones para que ellas hagan su planteo. Nosotros jamás nos arrogamos representatividad de las organizaciones indígenas y campesinas”. El segundo es que Fundapaz también se define como un actor político, “tiene voz política propia, expresión política con criterio institucional propio, producto de su historia, de que nuestros técnicos viven en sus territorios, viven en la zona. Somos de ahí, somos argentinos, podemos opinar, si bien nunca en representación de las organizaciones, sí en función de nuestra historia. El 90% de las veces coincidimos con las organizaciones, en algunas ocasiones no hemos coincidido y hemos mantenido posiciones diferentes”.

Nuestro tejido

En relación al cruce con Fundación Plurales, Gabriel cuenta que “en principio, institucionalmente nos cruzamos en algunos territorios, en Santiago del Estero, en algunas zonas de Salta. Fundapaz articula y tiene eso en su ADN, bienvenida las relaciones y cultivamos esa relación. Nuestro vínculo con Plurales vino a través de la ILC (International Land Coalition). Fundapaz avaló la inclusión de Plurales a la ILC y yo creo que ahí empezamos a cruzar más nuestras vidas institucionales con Semiáridos, después con ENI Argentina, ahora con Iniciativa Tierra y ODS y DAKI”.

“Fue como consolidándose esa relación a través de acciones muy concretas, basada en cosas concretas. Está muy bien lo conceptual, está bueno el marco teórico, pero si nos quedamos en eso yo siento que es una estafa para la gente con la cual trabajamos, la gente necesita ver algunas soluciones concretas. Creo que eso también fue haciendo nuestra relación y hoy tenemos muchos cruces concretos, muy buena onda, algunas discusiones y las vamos a tener siempre, pero no es un problema, para nada, la diversidad de opiniones es parte de la riqueza, no hay problema con eso, podemos pelearnos pero sabemos que en otras cosas no y está bueno”, cuenta.

Para adelante, “hay grandes oportunidades para trabajar juntos, cruces muy interesantes, podemos potenciar mucho lo que hacemos. Con Plurales hay mucha potencialidad, respetándonos las diferencias, muchas cosas por hacer juntos”.

A nivel general, actualmente en este contexto particular que vivimos, explica que la pandemia lo tiene cansado, “creo que como todo el mundo”. Según él hay un “uso abusivo de la justificación de cualquier cosa por la pandemia”. Desde el comienzo la lógica fue “qué vamos hacer para superar esto, entonces rediseñamos todo la metodología de comunicación con las organizaciones, nos pusimos hacer otras cosas, posibles investigaciones, documentos, mientras estábamos todos encerrados, empezamos a pensar. Tuvimos una ventaja gracias a nuestros equipo territoriales, hubo cosas que sí se pudieron hacer a nivel local”. Fundapaz realiza su trabajo bajo un proceso de capacitación, y asistencia técnica, con equipos locales interdisciplinarios que viven en los territorios y que tienen una relación cotidiana con las organizaciones.

“Nosotros desde el principio, nos propusimos que la pandemia era como una adversidad nueva dentro de las eternas adversidades que tenemos. Nos propusimos trabajar a pesar de la pandemia, por supuesto siempre hemos respetado protocolos y nos parece que así debe ser, además cerramos cuando se tuvo que cerrar todo. La pandemia nos permitió o nos obligó, a rediseñar estrategias y tecnologías de trabajos para superar ese escollo. Así como tenés la falta de agua, la pobreza, ahora tenemos la pandemia”, detalla y deja en claro que el contexto de este trabajo nunca es fácil.

*Les compartimos el reporte 2020 de Fundapaz