Tejiendo redes: Semiáridos

En contexto de pandemia y aislamiento social, las redes de trabajo se fortalecen. Transitando la segunda ola y en medio de la incertidumbre y el desconcierto social, renovamos la apuesta al trabajo en equipo, a construir con otres. Así, decidimos realizar una serie de entrevistas para que puedan conocer los espacios con los que a diario realizamos nuestra labor, sin los cuales todo esto no sería posible.

En esta ocasión, hablamos con el ingeniero agrónomo y apicultor Gabriel Seghezzo, que como integrante de Fundapaz es punto focal en la Plataforma Semiáridos (PSA), una iniciativa conformada por 13 instituciones representativas de 8 países de América Latina, que tiene como fin relevar y sistematizar las experiencias vinculadas a la utilización y al manejo de los territorios en dichas regiones para fortalecer la sociedad civil, generar propuestas e incidir en políticas públicas.

Gabriel nos cuenta que Semiáridos nació formalmente en el 2013, como producto de nuestra participación en la International Land Coalition (ILC). Fundapaz se incorporó a la ILC en 2009, y en 2010 realizó una ruta de aprendizaje centroamericana, un proceso de mapeo participativo. “En esa gira éramos 18 personas visitando sobre todo Honduras y Nicaragua, y ese viaje me cambió mucho la perspectiva de lo que era el Chaco. Porque uno está acostumbrado al Chaco argentino, al chaco trinacional, de grandes extensiones de tierra, y por Centroamérica encontré que la gente tenía media hectárea, 200 mil metros cuadrados. Tome dos dimensiones de nuestro trabajo, primero las enormes superficies de tierra que existen, en Argentina al menos, y la falta de creatividad de algunas soluciones”.

Detalla que “veía hondureños, guatemaltecos que obviamente con otro clima, pero con 2 mil metros cuadrados, un lote de 50 x 40, tenía que vivir y producir”. Ahí cambió la perspectiva de cómo tenía que encarar los trabajos. “Yo cuento siempre que me marcó mucho una charla en ese viaje. Siempre te quedas hablando hasta las 2 o 3 de la mañana con alguno, y un hondureño me dijo: ‘Lo que pasa es que si Brasil y Argentina se juntaran más, nosotros podríamos ir juntos con ustedes y haríamos otra cosa en América Latina’. Y a mí me golpeó mucho eso, porque evidentemente ellos nos ponían en un lugar que no cumplíamos, que era de cierto liderazgo regional”.

Cuando Gabriel volvió, lo primero que empezó a pensar era cómo hacer para acercarse más a Brasil. Hasta ese momento solo había escuchado, la gente le decía, que el nordeste brasileño era parecido al Chaco y que existía una organización que había resuelto el tema del agua. En ese momento, la Agencia Internacional HEIFER, que financiaba proyectos de Argentina y Brasil, decidió irse de ambos países, entonces él les hizo un último pedido, “déjenos conocer el nordeste brasilero, hagamos un encuentro”. HEIFER aceptó y se sumó la ILC, que en ese momento no tenía ningún miembro brasilero. Así sucedió un intercambio, primero fueron a Brasil y estuvieron una semana, después vinieron brasileños a recorrer el Chaco.

“El nordeste brasilero fue una experiencia muy shockeante”, cuenta. Primero, porque tiene exactamente la misma dimensión que el chaco trinacional, pero 20 veces más población. Además, por el programa de acceso al agua, “tienen 1 millón de cisternas, ves una cisterna de agua al lado de la otra”. Así, con todo esto “planteamos la creación de una plataforma dentro de la ILC, que básicamente empiece articular el Chaco con el Brasil Semiárido”. Rápidamente se sumó Bolivia y Paraguay; unos años después, el corredor seco centroamericano y un miembro de Venezuela y en 2020, una organización de Ecuador.

En relación al trabajo que realizan, el ingeniero agrónomo cuenta que Semiáridos “es una plataforma de gestión del conocimiento regional, que tiene como principio básico la incidencia política en espacios nacionales, donde actúan sus miembros; al mismo tiempo regional, como plataforma en conjunto y a nivel global con la ILC”. Trata de promover articulaciones institucionales entre las regiones semiáridas para que logren identificar diagnósticos y soluciones comunes, que puedan tener prácticas, a nivel regional, y un impacto a mayor escala desde lo territorial hacia lo global.

“Lo que buscamos es hablar de una solución de agua para toda la región, millones de obras, y esto tiene que ver con acciones en ámbitos nacionales y regionales. Semiáridos está muy centrada en lo que los propios miembros hacen pero generando un plus, mayor nivel de articulación nacional y regional, que las instituciones no tienen”.

En resumidas cuentas, la Plataforma Semiáridos reconoce e intenta revitalizar conocimientos, prácticas e intercambios de las organizaciones y que eso se vaya transformando en políticas públicas. Capitalizando eso, buscan relaciones regionales e internacionales, como con el MERCOSUR o el FIDA.

De esta Plataforma se desprende DAKI, un programa de gestión del conocimiento en América Latina, con varias líneas de cooperación. Es producto de 6 años de trabajo junto al FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola). “FIDA en Brasil tenía el Programa Semear que hacía sistematizaciones, intercambios, rutas de aprendizajes, y era un poco lo que nosotros queríamos hacer. Entonces empezamos a negociar con ellos”. Les llevó 4 años pero finalmente fue consolidándose, “hicimos acuerdos concretos, convenios, todo un programa que se llama ‘Intercambio de saberes por América Latina’, que trabaja en juventud y agroecología.

Los desafíos en pandemia

En relación al contexto actual, Gabriel afirma que “como a todo el mundo, a mí la pandemia me tiene re contra re podrido en el uso abusivo de la justificación de cualquier cosa por la pandemia. Nosotros desde el principio, nos propusimos que la pandemia sea como una adversidad nueva dentro de las eternas adversidades que tenemos, y trabajar a pesar de la pandemia”.

Aclara que “siempre hemos respetado protocolos y nos parece que así debe ser. No lo estoy planteando desde ese punto de vista, sino en el sentido de cómo la pandemia nos permitió o nos obligó, a rediseñar estrategias y tecnologías de trabajos para superar ese escollo, así como tenés la falta de agua, la pobreza, ahora tenemos la pandemia”.

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